La obra de Debbie George es una celebración de su pasión por las flores y los objetos con los que se rodea: desde cerámica hasta frutas, plumas y piedras. El paisaje es una importante influencia que subyace en sus cuadros, ya sean lugares concretos o composiciones de naturaleza muerta.
Con frecuencia, Debbie reúne flores u objetos en el primer plano de un cuadro y los sitúa frente a un paisaje lejano, de modo que se percibe un espacio doméstico que se abre a la naturaleza: ambos espacios se revelan con una claridad sorprendente y con una perspectiva que es propia del artista.
Trabajando con el antiguo medio del gesso, con el que prepara sus paneles, Debbie George construye capa sobre capa de pintura creando una maravillosa luminosidad y profundidad que revela rascando dentro y a través de las capas: una inscripción que también utiliza para enfatizar la forma. Con ello, expresa sutiles cualidades tonales y escultóricas.
Su obra se ha expuesto ampliamente en el Reino Unido y en Estocolmo y Nueva York.